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LA PIEL

Huella de nuestra historia

Lic. Maria Casariego de Gainza

 

La piel es la envoltura del cuerpo de igual manera que la conciencia envuelve al aparato psíquico, algo así como que el yo es a la estructura psíquica lo que la piel al organismo biológico Por lo tanto toda función psíquica se desarrolla en una función corporal. Para Anzieu, en el texto  “ La concepción del Yo piel” menciona que  el aparato psíquico se desarrolla a partir de una base dada por experiencias corporales de índole biológica, en la que la piel desempeña un papel predominante.

Es función de la madre brindar al niño una experiencia de envoltura, entorno maternante, la fantasía de la piel común es fundante para la creacion del yo piel. El yo piel es el continente del psiquismo.

Hay dos funciones maternales que serían equivalentes a la función de la piel, estas son la protección y el reconocimiento, cuando se carecen de estos suministros el niño se sentirá como en “carne viva” y se verán repercusiones en su piel. La madre presenta él bebe al mundo y el mundo  de los objetos al bebe, abrirá de esta manera el camino  a la representación que luego hará él  de sí mismo y del mundo que lo rodea.

El objetivo de la experiencia de apego, es el de una  experiencia de seguridad, este sistema es regulador de la experiencia emocional.

 De este modo se generara una construcción del sí mismo que será el yo-piel, que cumple una serie de funciones fundamentales: recepción, soporte, protección, integración de sensaciones, identidad y energía al yo. A partir de aquí se desarrollaría para  Didier Anzieu  un yo capaz de pensar y representar que  nominó: yo-pensante. Por lo tanto este autor nos dirá que   hay una equivalencia entre la relación que tiene los problemas en la  piel y las perturbaciones en el yo.

En el Proyecto de Psicologia  para Neurólogos ,  Freud da a entender que la madre sirve al bebe como para - excitación auxiliar y lo hace hasta que el yo en su crecimiento encuentre su propia piel.

  La piel del bebe es objeto de carga libidinosa de la madre. El yo piel cumple la función de la superficie de sostén de la excitación sexual, tiene la función de inscripción de las huellas  sensoriales táctiles, seria la función de pictograma en el modelo planteado por  Piera Aulagnier, escritura pre - verbal hecha de trazos cutáneos.

 Tomaremos el concepto de identificación adhesiva que es una forma de identificación arcaica que se establece en los primeros tiempos de la vida del bebe,  cuando después de la separación  del cuerpo de la madre dado por el nacimiento,  busca la seguridad que le brinda el contacto con ella, se trata de un modo de dependencia con el objeto continente por el que accede a ese primer nivel de identificación narcisista,  esta  identificación estaría relacionado con el concepto de unidad dual. El contacto piel con piel  o bonding inicia un proceso que reúne sensaciones y registros que dan origen a la idea de continuidad entre uno y otro, la madre inviste al hijo con su capacidad de sostén, contención y transformación.

 Se crea la primera piel o piel psíquica que es igual al primer espacio compartido madre e hijo, es corporal, zona de contacto, frontera entre uno y otro.  Esta vivencia reúne la cualidad de contar con la aptitud de anticipación, de adelantarse solo un poco  a la necesidad,  pero lo suficiente como para que el tiempo entre el reclamo y la satisfacción no permita la caída del bebe en lo que Houzel llamo la “angustia de precipitación”. Houzel es un autor que rescata Mario Marrone en su libro La Teoria del apego: un enfoque actual. Coincide con los  concepto de función alfa, función materna  o de respuesta sensible  (Bowlby) que son términos que nos dan cuenta  como  se dispone la madre desde su capacidad para procesar los estados primitivos de un bebe y transformarlos, la madre en este proceso de reverie metaboliza los momentos caóticos del bebe , le presta su psiquismo.

En el apego lo interactivo se produce en patrones sensoriales.

Schore  ( psicólogo de la teoría del apego al que hace referencia Mario Marrone) nos plantea que en el contacto “El cuerpo de la madre sostiene la regulación del sistema inmunitario del niño y las fallas se relacionan con las fallas en la relación de apego”
En la separación la termo regulación, la frecuencia cardiaca y el nivel de actividad de un bebe disminuyen también se ven afectados el crecimiento y el sueño. La segunda piel (E Bick) es una defensa cuando falla esta envoltura maternante (por perdida, muerte o cuando la separación no es gradual) que puede tener diversas formas: caparazón autistico, envoltura masoquista, cinturón de rigidez muscular o agitación psicomotriz.

Tanto la conversión histérica como la enfermedad somática disponen de un proceso de trasposición, en la histeria la trasposición se origina desde el lenguaje hacia el soma y en la enfermedad somática se parte desde las sensaciones y modificaciones somáticas al lenguaje. Para que  la vivencia de soporte se instale en el niño  debe ocurrir una identificación primaria con un objeto de soporte que se interioriza ( holding) y de esta manera se evita la vivencia de vacío o inconsistencia interior.

La ausencia del objeto protector que presento dificultades en la simbiosis necesaria en el comienzo de la vida , queda registrada como un anhelo de contacto o de fusión que se verá representada en las distintas patologías dermatológicas desde lo somático, y en una variante emocional que va desde una marcada hipersensibilidad hasta una dureza defensiva y una tendencia  a mezclarse en vínculos con una extrema dependencia , y  también es un observable en la clínica  en otros casos como  una distancia afectiva reactiva vivenciando el sujeto la sensación de ser segregado y de no poder establecer una adecuada identidad ( pseudo-independencia)

El no ser tocado, ni acariciado es tan terrible para un niño como pasar desapercibido, ambas situaciones  crean un sentimiento de no existencia, un déficit en la constitución del yo y en el esquema corporal que puede generar en la vida un dificultad de discriminación y separación del sujeto y el objeto, lo interno y lo externo, yo y no-yo.

Hay una interesante investigación de Hall, que menciona  Bowlby  en sus investigaciones donde plantea  que realizo estudiando la vinculación del sujeto con el espacio. De esta investigación concluyo que el sujeto establece  distintos tipos de distancias: la íntima, la personal, la social y la pública. Este uso del espacio marca la distancia que necesitan los cuerpos entre si  y entre ellos las distancia de huida que necesita un sujeto para sentirse seguro.

Una  representación simbólica madura del espacio da la posibilidad de situar tanto al sí mismo como a los demás en el marco de las relaciones interpersonales generando un mapa interno, permitiendo ubicarnos tanto en los espacios conocidos como los por conocer. Cuando estas representaciones simbólicas no están construidas de manera integrada ambos espacios serán de suma angustia para el sujeto : Angustia catastrófica, temor sin nombre , etc.

Cuando falla la  función continente de sostén y la capacidad para procesar y transformar las necesidades de provisión  y calma, se construye defensivamente la segunda piel ,  que es una caparazón, una defensa frente a la angustia catastrófica y se muestra con ritmos repetitivos, permanentes movimientos, violentos, quejosos, piel lacerada, Irritación, etc

La carencia de la función contenedora del yo piel genera una angustia, una excitación pulsional, esparcida, no localizable que  busca una corteza sustitutiva en el dolor físico, entorpece la vivencia de mundo seguro y la interiorización de objetos. Aparece un temor a la perdida de unidad cohesiva, surge la vivencia de  desmembramiento y de desintegración.

Veamos ahora solo algunas de las patologías dermatológicas más frecuentes sin incluir en este registro las escoriaciones neuróticas siendo estas lesiones involuntarias pero autoinfligidas por el sujeto como manera de aliviar tensiones provocando traumas en la piel que solo cesan cuando se producen una lesión, entre ellas dermatitis artefacta, enfermedades ilusorias, parasitofobias, tricotilomanias etc.

 Las patologías dermatológicas que no son auto infligidas  como la psoriasis, la alopecia areata, el vitíligo, eczemas, urticarias y dermatitis atopica  donde el surgimiento de lesiones externas generan la imagen interna de desvalorización, se registra  en todas ellas el cuerpo con extrañeza, aparecen verbalizaciones como “estar sucios” “marcados” “manchados” “en carne viva”. Aparece la vergüenza frente  a un cuerpo que no se reconoce y teniendo en cuenta que  todas ellas son   patología de stress dado  que comparten  como facilitador de inicio y ataques posteriores situaciones de stress. Observamos una estigmatización del sujeto dejándolo  preso de la mirada del otro. Como manera de “ser mirado” Son somatizaciones cutáneas que suelen manifestarse como un mensaje codificado de sobre esfuerzo, de  adaptación. Donde la piel es la coraza afectiva que denuncia el temor a la desprotección, al desapego y las lesiones de este modo son ofrecidas al otro.

 La cura de estos casos no solo consiste en la eliminación de las lesiones sino en un proceso de integración y personalización que promueva en el paciente la identidad subjetiva teniendo siempre presente que la piel nos está hablando desde marcas como  jeroglíficos  tallados en el cuerpo que dan cuenta de la historia más primaria y primitiva de este sujeto sufriente.

 El psicoanálisis como aporte a la cura pretende convertir algo visible en audible para construir en el encuentro con el paciente las evidencias y goces  del espectáculo visible  y por lo tanto introducir en el campo de la subjetividad  la dimensión de la ausencia de palabra.

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

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